Sí, el temido momento, llega la hora de elegir el fregadero, que ya os digo que no es un momento traumático, porque fregar los platos a veces desestresa, si no es así en vuestro caso, imaginad esa tierna imagen de un bebé siendo bañado en un bonito fregadero, un remanso de paz y tranquilidad, ya veis que no damos opción a otra cosa que no sea disfrutar de todos y cada uno de los accesorios que hay que instalar en la cocina.
¿Ya habéis decidido si va sobre o bajo la encimera? Acordaos que para los fregaderos bajo encimera ésta no puede ser de madera o cualquier otro material que sufra con la zona de agua, si vuestra encimera es de madera y va encastrado sobre ella, ya es un tema que hablamos en otro post anterior.
La siguiente de las opciones es qué fregadero escojo según el espacio disponible en mi cocina, una cubeta, cubeta y media, dos cubetas, cubeta y escurridor, dos cubetas y escurridor… no diréis que no hay opciones, pero ya os adelanto que es cuestión de espacio disponible, pensadlo muy mucho antes de elegir.
Material del fregadero, pues varias opciones, acero inoxidable, muy fácil de limpiar y resistente a los impactos, tiene un pero, se raya con facilidad.
Sintético, con una alta resistencia a los golpes, el rayado y soporta bien las altas temperaturas, tiene más pros que contras.
Cristal, es un material muy higiénico pero de gran fragilidad, no apto para aprendices de cocina en prácticas.
A partir de aquí, los conceptos básicos para nuestro nuevo fregadero son esos, pero os aviso, que la grifería tiene que ir en consonancia con el fregadero, pensad dónde va colocado el grifo y el tamaño del mismo, que no os sobre grifo ni os falte.
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